Acompañando la Crianza

· No quiere comer

Los síntomas con la comida son un mal de nuestra época y de otras. Anorexias, bulimias, y otros trastornos alimentarios no son novedosos. Siempre se relaciona con demandas afectivas de diversa índole. Sin llegar a conformarse como una patología que por lo general aparece en la adolescencia, en los niños aparecen llamadas de alerta de diversas formas que es necesario tomar a tiempo.

La comida tiene una estrecha relación con el vínculo materno-filial, los niños suelen representar en la comida diversas fantasías. Pero sobre todo lo que consiguen es una preocupación de parte de sus padres sobre su persona.

Primero para saber si efectivamente no come hay que averiguar si ha bajado mucho de peso, si tiene algún problema gástrico o de otra índole consultando al pediatra. Si el peso es normal y no hay indicadores orgánicos, puede suceder que el niño no come mientras los padres lo ven pero sin embargo comen golosinas u otras cosas durante el día que les quita el apetito y sirve para que la madre se preocupe por síntoma. En este caso y si el niño está en buenas condiciones de salud y no ha bajado de peso es bueno que los papás se pregunten desde cuándo comenzó el síntoma, a que puede deberse y restar importancia a esta demanda de afecto por lo que no se recibe, y pedirle al niño que comparta la mesa igual, que converse con los padres de lo que hicieron ese día, de algún proyecto familiar, etc. Lo importante es restar importancia al hecho de que coma o no coma y comenzar a dar importancia al vínculo en la hora de comer. De este modo el síntoma cederá porque para el niño será más importante estar con los padres que comer solo o hacer de la mesa una batalla.

Esta tarea llevada a cabo durante cierto tiempo hará ceder el síntoma.

En caso de que lo necesite haga su consulta particular